Hay diversos caminos para resolver conflictos, algunos de ellos engendran violencia porque tratan de eliminar, anular, controlar o desconocer al contrario; otro camino en cambio es la opción por la paz. Optar por la paz en la resolución de los conflictos significa optar por la negociación, por el diálogo para llegar a acuerdos que posibiliten la afirmación de todos los sujetos.
La paz es contraria a la violencia en sus múltiples manifestaciones, desde las más directas y silenciosas hasta las más estructurales y explosivas. Cada vez más se habla de una concepción de paz amplia que va a la par con una concepción amplia sobre la violencia. La violencia no sólo es entendida como situación de guerra, sino como toda aquella situación que impide la realización humana, por tanto la paz ya no es entendida simplemente como un período entre dos guerras o como situación contraria al armamentismo y los conflictos bélicos, sino como un estado en el que se logra que todos podamos vivir en bienestar.
La violencia está presente en infinidad de situaciones de vida de las personas y las sociedades. La pobreza, el racismo, el terrorismo, el sexismo, la degradación del medio ambiente, los conflictos por el poder… son complejas problemáticas violentas en sí mismas y multiplicadoras de violencia. Igualmente en la vida cotidiana la violencia doméstica, la discriminación de género… forman parte de una situación quizá más silenciosa, pero igualmente destructiva. Optar por la paz implica la lucha por erradicar todas estas situaciones de violencia que impiden el desarrollo de todos. La paz es una situación, proceso, estado… relacionado con la vida en general, es una manera de vivir con los demás, donde se busca el beneficio para las mayorías; por ello paz implica justicia, equidad, libertad, ecología.
Optar por la paz no es sinónimo de evitar los conflictos, los roces que se producen como producto de la convivencia con los demás son inevitables, por tanto no podemos pensar en la paz como un estado “ideal” de ausencia de conflicto en una suerte de armonía o de serenidad estática en el entorno porque ello es imposible. Más bien podemos hablar de construcción de la paz en la medida que llegamos a acuerdos para la resolución de los conflictos, que logramos comprender y aceptarnos a nosotros mismos y a los demás; que construimos normas, leyes, consensos que toman en cuenta la diversidad cultural y social haciendo ejercicio de democracia y que actuamos solidariamente, buscando la cooperación para la solución de los problemas.
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